Por: Antonia Bedoya Zuluaga y Natalia Bedoya Alcaraz 

Fotografías: David Alejandro Pérez y Estefanía Romero

Junto a la Unión Sindical Obrera (USO) recorrimos desde mayo este país para oír lo que las comunidades viven y consideran importante cuando de paz, transición energética y derechos humanos se habla. Quince talleres y cinco asambleas regionales pasaron por la región Caribe, el Catatumbo, el Centro Oriente, el Suroccidente, y el Magdalena Medio para hacer una lectura clave sobre estos tres ejes, antes de citar a la versión número tres de la Asamblea Nacional por la Paz convocada por el sindicato de trabajadores más importante de la industria del petróleo.

Esta sucedió por fin el viernes 22 y sábado 23 de noviembre en la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, reuniendo aproximadamente a 1.400 liderazgos de dichas zonas. La programación incluyó un panel especializado en “Geopolítica de la Guerra y la paz” con la participación de Ana Esther Ceceña de México y Mónica Bruckman de Perú; y otro sobre “La paz y la guerra en Colombia”, en el que se habló sobre el estado actual de los diálogos de paz entre Gobierno, el ELN y la Segunda Marquetalia, así como de la implementación de los acuerdos con las Farc logrados en el 2016.

Aunque un tercer panel sobre transición energética fue cancelado, Moises Barón, presidente de la Federación Sindical Funtramiexco-USO, que estuvo a cargo de las exposiciones sobre transición energética justa, impactos ambientales del modelo minero-energético y reconversión laboral en el país durante todos los talleres y asambleas, planteó que concluida la tercera asamblea se observa que el debate avanza de manera significativa, toda vez que se reconoce que la transición está en disputa y que el capitalismo es totalmente antagónico a la vida:

“Reconocemos que hay unos matices intermedios y que, naturalmente, hay unas tendencias muy ligadas a la contradicción del capital y el trabajo que propugnan porque se continúe explorando y explotando el petróleo, pero creemos que este escenario democrático, con la presencia indígenas, campesinos y comunidades rurales de los sectores sociales y populares, también da una gran apertura a la necesidad de mirar esa integralidad de país y esa cosmovisión que generan las regiones. A partir de ello vemos con mucha firmeza que el avance en el debate democrático de la transición energética propone necesariamente reconocer los planes de vida y reconocer las culturas de los hombres y mujeres que habitan los territorios, y también pone una centralidad sobre el agua. Creo que esos son aspectos que conectan hoy una gran discusión alrededor de la preservación y conservación de la biodiversidad, de la posibilidad de la reproducción de la vida, de incorporar a los indígenas y campesinos en esa gran agenda de país donde todos debemos caber, y donde la transición tiene que estar integrada necesariamente a la reforma agraria, integral y popular. La asamblea nos deja un balance positivo, y nos permite mirar con esperanzas el futuro sabiendo que tenemos que luchar de manera organizada frente al bloque dominante que va a seguir pretendiendo arrasar con los bienes comunes y seguir posicionando el capitalismo, pero eso no va porque aquí se ha sentado una voz clara en el sentido de reivindicar la vida y la dignidad de los territorios, de los seres humanos y de la naturaleza”, expresó.

Por otro lado, otro propósito del encuentro era que el Gobierno Nacional asistiera al evento representado por Gustavo Petro y los ministerios del interior, agricultura, minas y energía, trabajo, medio ambiente y desarrollo sostenible (todos invitados), por lo que se planeó un espacio llamado “Las comunidades preguntan, el gobierno responde”. A este, el presidente de la república no asistió y de la lista de ministerios solo llegaron los tres primeros, encabezados por Juan Fernando Cristo, Martha Carvajalino y Andrés Camacho, quienes participaron, más que con respuestas claras, con discursos medianamente largos sobre sus especialidades.

Sobre esto, Moisés agregó que “si bien no quedan unas respuestas acabadas frente a lo que pretendemos que sean algunos asuntos a resolver en las agendas del cambio y la transformación social, sí hay cosas que apuntan en un horizonte acertado y coinciden en buena medida con la propuesta del movimiento social y popular, y esos puntos de coincidencia son los que hay que explorar y los que hay que seguir fortaleciendo”.

Aun así, las comunidades también quedaron con una mezcla de ilusión y alegría por haberse sentido escuchadas y por la promesa, además, del lanzamiento del Movimiento Nacional por La Paz y las Transformaciones, que cerró la jornada y llenó de líderes y lideresas el escenario principal del auditorio León de Greiff.

Según explicó Olimpo Cárdenas, asesor de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y Paz de la USO, el propósito de este nuevo movimiento es articular, construir y fortalecer una propuesta con visión común de paz en todo el país, que permita la consecución de agendas regionales y nacionales de transformaciones y articulen a la mayor cantidad de procesos u organizaciones en la búsqueda de unas reivindicaciones comunes y concretas.  “Todo con el propósito de que haya un sujeto político, colectivo, que pueda echarse al hombro la construcción de una agenda nacional de transformaciones en el país y pelearsela con vocación de poder”.

Esto, para los y las participantes fue significativo, en palabras de Euler Guerrero Acosta, de la Mesa Putumayo por la Vida, este movimiento es lo mejor que les ha podido ocurrir a los territorios en el presente, y es importante porque nunca antes territorios como Orito, San Miguel, Valle del Guamuez o Puerto Leguizamo, habían tenido la posibilidad de manifestar lo que piensan y lo que sienten. Sin embargo, todos y todas también tienen claro que este es sólo el principio y que las necesidades de sus comunidades van más allá de la euforia de encontrarse en gritos y banderas.

Por ejemplo, Nelson Ceballos Martínez, vocero de la Comisión de Interlocución del Sur de Bolívar, Centro y Sur del Cesar, Sur del Magdalena y Procesos de los Santanderes (CISBCSC), expresó que las comunidades vienen hablando de esto desde hace mucho tiempo y ahora el reto es materializar ese compartir de experiencias en soluciones concretas:

“La paz la venimos construyendo desde hace mucho tiempo, entonces nos vamos con un compromiso más de seguir trabajando con los procesos sociales. La paz se dará si no sigue habiendo estigmatización al movimiento social, y si se logra solucionar una de las exigencias que venimos haciendo: la del desmonte del paramilitarismo, que es lo que hoy se refleja más en los territorios. Yo creo que en algunas cosas estamos de acuerdo con el Gobierno, con el tema de la entrega masiva de tierras a nuestros campesinos y de la reforma agraria, que han sido un avance y son ideales concretos que compartimos, pero ha habido una propuesta por la defensa de la vida y la permanencia en el territorio sobre la que no solamente es recibir o que nos adjudiquen un territorio, sino que también haya garantías en el mismo.”

Euler Guerrero Acosta también denunció que en el caso del departamento de Putumayo, tienen la esperanza de que, tanto el Estado Mayor Central (EMC) como la Segunda Marquetalia, les permitan negociar y solicitar la libre movilidad por el territorio sin la necesidad de un carnet, pues la ciudadanía y sobre todo los y las estudiantes no pueden desarrollar sus actividades cotidianas a las que tienen derecho:

“Esperamos que esto no termine aquí, y esperamos seguir siendo escuchados. Este proceso de la USO se convirtió para nosotros en un canal abierto para dar a conocer a nivel nacional lo que pasa en el territorio, pero aún hace falta que muchas instituciones conozcan la región. Yo creo que las transformaciones se hacen con inversión social y lo que esperábamos aquí en el evento era tener respuestas concretas sobre los 38 proyectos del Plan Nacional de Desarrollo y la grave situación de derechos humanos”, manifestó Guerrero.

Aunque estas respuestas no fueron resueltas en este encuentro, los delegados del Gobierno Nacional se comprometieron a garantizar un enfoque territorial en la implementación de políticas públicas para que todo lo recogido no se quede en el aire. Andrés León, asesor del Departamento Nacional de Planeación, quien estuvo haciendo presencia en la Asamblea, explicó que: “Para nosotros es muy importante venir a recoger las iniciativas y propuestas populares. Gracias a ello impulsamos todas las iniciativas que estamos implementando en los pactos territoriales que se están desarrollando en los territorios mal llamados excluidos. Cogemos las convergencias que realizamos con estos eventos, para recoger las conclusiones y poder aterrizarlas en las propuestas que vamos a dejar consolidadas en los legados de gobierno y las estrategias de vigencias futuras, para que puedan tener un enfoque popular y de lo que la gente está pidiendo”.
 

 

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